martes, 30 de enero de 2018

Presencia. El arte de la paz y felicidad por Rupert Spira

¿Crees que has fracasado en tus intentos de conseguir la felicidad? Te queda una puerta por abrir; la única que seguramente aún no has explorado. Una puerta que se abre en el momento en que nos planteamos quién es el yo que busca casi constantemente la felicidad y cuál es la naturaleza de esta felicidad. Este es el momento en que el hijo pródigo se da la vuelta para emprender el regreso. Este libro empieza en dicho momento. Ofrece una profunda exploración de la naturaleza de nuestro yo y de la felicidad que buscamos. La obra que tienes entre tus manos constituye una meditación sobre la naturaleza esencial de la experiencia y nos lleva de viaje al corazón de la misma. A lo largo de esta exploración se van destapando capas de sutilidad y significado cada vez más profundas. El objetivo es llegar a una felicidad inefable, que no sea el resultado de atesorar personas, objetos ni tan siquiera estados mentales. Es una felicidad que resulta del conocimiento de nuestro yo, de nuestra naturaleza esencial. De la mano de Rupert Spira emprendemos el viaje de autoconocimiento más profundo posible, de un modo sencillo y siempre en base a nuestra experiencia directa. A lo largo de todo el trayecto, y con su estilo inconfundible, Rupert nos acompaña con mimo, quedando claro que esta vez no podemos fracasar en nuestra búsqueda, pues ahora la basamos en lo que no puede fallar: la realidad y la evidencia de lo que somos y lo que es. Antes de que sepamos nada más, lo primero que conocemos es la existencia de nuestro propio ser. Él se reconoce a sí mismo. Es decir, la presencia consciente que de manera íntima y directa sabemos que somos, sabe que es consciente y que está presente. Yo es el nombre que le damos a este mero saber que nuestro ser está ahí. De hecho, este reconocimiento de nuestro propio ser es tan simple y evidente y, sobre todo, tan aparentemente poco significativo que normalmente se pasa por alto. Este olvido de nuestro ser más íntimo, aunque parezca intrascendente, da lugar a casi todos nuestros pensamientos, sentimientos, actividades y relaciones, y pasa a ser el origen de toda infelicidad.

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